¿Considera estos 7 factores en el proceso de evaluación de movilidad del paciente?
Las normas internacionales para la movilización manual de personas en el sector sanitario analizan varios métodos de evaluación1. Los traslados más esenciales se realizan varias veces a lo largo de la rutina diaria. La evaluación de riesgos ayuda a identificar la transferencia y el equipo más adecuado para la situación y la actividad que se debe llevar a cabo. Esto ayuda a fomentar la movilidad funcional y a reducir el riesgo de que los cuidadores sufran lesiones.
«Como primer paso en el proceso de evaluación, la clave es comprender las habilidades de la persona y dónde se requiere orientación o asistencia»
Estos son 7 factores a tener en cuenta:
- Las afecciones médicas y físicas como artritis, accidente cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, diabetes, afecciones cardíacas y enfermedades pulmonares pueden afectar a la movilidad. El cuidador debe planificar y proporcionar cuidados, apoyo y asistencia dependiendo del nivel de función y los riesgos potenciales relacionados con el equilibrio, la rigidez, la pérdida de sensibilidad, el dolor o la ansiedad, por ejemplo.
- A continuación, se puede establecer la movilidad funcional para identificar el equipo y las soluciones de transferencia más adecuadas para mejorar o mantener este nivel de función.
- Siempre que sea posible, se deben tener en cuenta las preferencias y capacidades del paciente/residente.
- La capacidad cognitiva y el estado emocional son factores importantes a tener en cuenta, ya que pueden afectar al nivel de movilidad de una persona. Por ejemplo, la movilidad de una persona que padece demencia puede variar a lo largo del día, según su estado cognitivo. Las actividades de la vida diaria y las decisiones que toman los cuidadores pueden crear «momentos de fricción» para la persona que padece demencia.
- Debe evaluarse el entorno físico, como el espacio, los posibles peligros de resbalones o tropiezos, los obstáculos y la iluminación entre otros, para aumentar al máximo la seguridad del paciente y del cuidador.
- Número de cuidadores necesarios y si se pueden proporcionar cuidados individuales. Observe todas las rutinas de cuidado, incluido el número de traslados, la frecuencia de los procedimientos de higiene y cualquier diferencia durante el día.
- Nivel de destreza del cuidador: la formación en prácticas seguras de movilización y traslado de pacientes es esencial y debe mantenerse actualizada de acuerdo con las políticas locales y las mejores prácticas internacionales.
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Referencias:
1. ISO/TR 12296:2012 Ergonomics — Manual Handling of People in the Healthcare Sector, 2012
